Han pasado tantos años…
Ver películas del oeste,
en la oscuridad de un pobre cine de barrio,
fue la pasión primera,
la ilusión del sueño perfecto,
que es soñar despierto viviendo la vida,
montando caballos que nunca han existido,
rescatando a la novia perdida.
Después,
en la película de la vida real,
jugando en el patio de la casa familiar,
un bello corcel imaginario,
hecho con pencas de palmera
se alza en las patas traseras,
con imaginario relincho
(¡niño, te vas a matar, se lo voy a decir a tu padre!)
y acaso mi debilucho cuerpo infantil,
montado a horcajadas en el potro fantástico
(¡niño, no corras más con esa penca!
Mira cómo te has puesto la ropa nueva.)
cae de golpe, herido por una bala de mentira,
rueda por el piso, recupera la bestia
y se lanza al galope en ferviente carrera,
imaginando el rescate de la novia perdida.
Frank Calle (20/mayo/2019)
- Autor: Frank Calle (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2019 a las 01:16
- Comentario del autor sobre el poema: El pasado siempre presente. Es inevitable esta dualidad, porque ya hemos comentado antes que la existencia del presente es indefinida, y sin que nos demos cuenta, gran parte de nuestras vidas transcurren reviviendo el pasado. En este poema esa retrospectiva nos lleva a la infancia.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, María C., Daniela Mora
Comentarios3
Que bonitos recuerdos, que son el de toda nuestra generación, cuando Don John Wayne hacia suspirar a las damas y envidiar a nosotros jóvenes vaqueros. Gracias por traerme con tus recuerdos hermosos momentos de mi niñez. Un abrazo fraterno el Quijote de la Rosa
Amigo, esas películas son inolvidables, y cuando se juntaban 3 o 4 de aquellos super actores, el espectáculo era para ver la película varias veces.Con los años, siendo ya "viejo", pude comprar versiones digitales, donde aparecen Wayne , Clint y otros. De Clint tengo unas cuantas, algunos west, incluida la trilogía del dollar,y otras de años recientes, producidas o dirigidas por él, en las que mantiene su porte característico, como en "Los puentes de Madisson", que está construida casi de la nada, con recursos "naturales", y es una historia de antología.
Ha sido un placer intercambiar nuevamente.
Un abrazo,
Frank
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Recordar es volver a vivir, lo digo siempre y es cierto.
Un saludo super cordial, tenga buen dìa.
Muchas gracias María, por lo general los niños que tuvimos una infancia natural, mantenemos de por vida gratos recuerdos.En eso incluyo a las niñas, que no solo jugaban "a las mamá", pues no eran menos en eso de montarse en un caballo imaginario, o hasta jugar " a los pistoleros".
Un abarzo,
Frank
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Ah bueno yo he sido especial, me gustaba ser un chico, jaja, y a eso jugaba a indios y vaqueros, siendo yo un aguerrido vaquerito de 6 años, poco faltaba para que se muriera mi madre, pero mientras mi infancia era hermosa, pobres éramos pero ricos en cariño y amor familiar.
Un abrazo
Que bueno María, porque eso es lo que realmente nos queda. Y no se paga con ningún dinero.
Mi madre falleció casi cumpliendo 97 años, en el 2009, y ya hacía rato que no nos conocía, ni a los que cuidábamos de ella. Vivió los últimos años sacando recuerdos de su mundo interior, y por momentos llamaba a su mamá como si ella fuese una niña.
Fue duro para los hijos que quedabamos con ella -3 varones-, pues la hembra vivió esos años en Estados Unidos, estando casi en estado terminal, en la misma época, y falleció solo un mes despues que nuestra madre, y no se le dio esa noticia. Pero no fue tan malo vivir al lado de mamá en esos días, en que lo mismo era la abuela, que la niña.
Un fuerte abrazo,
Frank
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Pues afortunado de haber tenido tantos años a mamá, la mía recien cumplidos 50, dejando 4 hijos, yo la más chiquitita, de los 4 quedamos dos chicas.
Un saludo.
Hermoso tu poema anudado al recuerdo de la infancia, ternura plena
Saludos poeta
Felicidad plena poder recordar hoy los años infantiles. Debe ser muy difícil para los que tuvieron la desgracia de vivir una infancia en el infierno, y aún así no dudo que a esos momentos, que tambien son imborrables, se les pueda encontrar su naturaleza poética; de alguna manera, quizás como autodefensa, nuestro cerebro es capaz de buscar, "entre espinas, flores" como escribiera José Martí, en memorable dedicatoria a su madre, en una foto que recuerda sus días en prisión, haciendo trabajos forzados, siendo todavía casi un niño.
"Mírame madre, y por tu amor no llores: Si esclavo de mi edad y mis doctrinas, Tu mártir corazón llené de espinas, piensa que nacen entre espinas flores".
Muchas gracias Ángela, siempre presente.
Un abrazo,
Frank
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Preciosos versos de Martí, quienes vivimos una niñez feliz fuimos privilegiados, quizás los otros igual algún recuerdo feliz guarden, como autodefensa al menos y poder seguir adelante.
Abrazo
Ann
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