Tu melena sinuosa se detiene
en la apacible arena de la orilla
y la pasión que nace, en ti, se humilla
a la brisa que llega y te sostiene.
Así mi corazón busca en Selene
esa blancura fiel que tanto brilla,
el resplandor que al niño maravilla
y al hombre gris anima y le mantiene.
Avanzas con soberbio atrevimiento
y galopas las dunas tan doradas
despreciando ese mar siempre violento.
Me muestras a tus manos desnudadas
con el verso cautivo y avariento
que escribieron los gnomos y las hadas.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2019 a las 07:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 98
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Lualpri
Comentarios2
hermoso poema
Gracias azulblue.
Muy bonito !
Gracias Luis.
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