Un gordo, un ombligo,
Un perro dormido,
El pelo cortito,
Un hueso redondo,
Y allá,
En el fondo
Ya todo podrido,
Queda la ternura
De un verso que vuela,
Que sueña y palpita
Sin pensar en nada,
Ni siquiera en guita.
Tiempos que no vienen
Ni van, ni se quedan,
Ni huelen a nada
Mientras se hacen humo
Subiendo hacia el cielo,
Se ven en lo alto,
Despacio, callados,
En alguna nube
De polvo y asfalto,
Entre la alegría
De un chico creciendo,
La tristeza amarga
De un viejo muriendo,
Entre la esperanza
De un hijo en la escuela,
Sabiéndolo bueno,
Sabiéndolo sano,
Sabiéndolo alegre,
Sabiéndolo entero,
Y tener nostalgias
De los que quedaron
En la patria vieja
Temblando de miedo.
Porque no pudieron.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2019 a las 21:31
- Categoría: Familia
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Viento de amor, Ana Maria Germanas
Comentarios2
Siempre se desea que los hijos sean mejores que uno, que logren objetivos que no se pudo concretar por muchos motivos. Es un gusto leer tus letras, querida Poetisa. Espero que estés muy bien de salud.
Un abrazo en la distancia.
Mallito
Hola Lucy...una conjugacion de observaciones y sentimientos...,que me icieron pensar ...y esa nostalgia final conmovedora.-
Me agrado leerte.-
Un cariñoso saludo.
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