Anoche te soñaba en la locura
de mirar en el cielo tus pupilas,
opacando el fulgor de las estrellas,
y reflejando el sol, cuando me miras.
Sintiendo que se alumbran mis mañanas,
con el beso de luz de tu sonrisa;
con tu voz hecha música en mi oído,
con tu mano pequeña entre las mías.
Mi alma que se embriaga en tu perfume,
tu piel en el invierno florecida,
mientras busco en el fuego de tus labios,
la magia de una eterna fantasía.
Oigo tus pasos breves acercarse,
y en mi noche amanece un nuevo día;
hecho aurora feliz, en tu mirada,
con promesas cuajadas de caricias.
Al mirarte mi pecho se estremece,
y toda la razón se me obnubila;
al pensar en tu amor, me tiembla el alma,
se me enciende la sangre, y mi piel grita.
Al mirarte el cielo de tus ojos,
me ahoga en un océano de delicias,
en donde anhelo naufragar contigo,
mecido por sus olas infinitas.
Con tu aliento quemándome los labios,
con sueños de esperanzas renacidas,
con toda la pasión con que te amo,
con la gloria, que le has dado a mi vida…
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