MI SOMBRA

MI SOMBRA

Hoy que reluce el sol, vuelvo a tu lado.

Me refugié en mi mágica guarida

donde sufro los días de nublado,

pero en días de sol vuelvo a la vida.

Pasé de la tristeza del submundo,

a sufrir el rigor de la cadena

que con tu devenir de vagabundo,

me predestina a una perpetua pena.

Prisionera a tus pies y tu albedrío,

me arrastro por el suelo que tu pisas,

sufriendo los calores del estío,

adaptándome al ritmo de tus prisas.

Tan solo me incorporo en las paredes,

que viéndome postrada y humillada,

me conceden, piadosas, las mercedes

de apoyarme en sus caras encaladas.

Jamás contemplo el sol por más que luzca.

Me lo oculta sin dádiva ninguna,

tu figura corpórea y negruzca,

como el sol eclipsándole a la luna.

Yo seré tu colchón si tú cayeses

y me erguiré contigo al levantarte.

Y juro que, por mucho que corrieses,

iré pegado a ti para escoltarte.

Yo soy tu sombra y como tal, yo trato

de procurarte adhesión y compañía,

soy a la vez el reflejo y el retrato

que le ofrece, a tu Yo, su sintonía.

Prometo acompañarte hasta la muerte,

luego me iré al reino de las sombras,

donde la luz del día se convierte

en un mundo sin líneas y sin formas.

Mas, si un día de sol no me encontrases,

no es que volví al mundo de la umbría,

no pierdas por mi culpa la alegría.

Si por mi preocupado, me extrañases,

búscame al otro lado, por un día,

quisiera que tú fueras sombra mía

y disfrutar del sol que disfrutases.

Jose Cruz Sainz