Hay momentos en que sientes
que el tiempo se detiene
que los péndulos se atoran
y un silencio sepulcral lo inunda todo;
el sol se eclipsa
y la tinieblas te invaden la mirada,
el corazón se desboca
y parece estallar dentro del pecho.
El aire se hace espeso en los pulmones
y te impide respirar ni en un suspiro,
presientes la llegada de la muerte,
mas no la muerte amiga, la muerte redentora,
ves aparecer la guadaña que te siega los sueños,
la ilusión, el amor, las esperanzas.
Te aferras a la vida,
porque morir así es la peor de las muertes,
es hundirte en la desesperación,
entregarte a los infiernos…
en un supremo esfuerzo recobras el aliento,
sacudes a patadas a la dama de negro
y recuperas resuello,
el corazón se encabrita buscando una esperanza y los bronquios aúllan su alarido.
Cuando la última campanada
resuena en tu cerebro,
te levantas como un zombi pateando la lona
y caminas sin rumbo buscando una salida.
De repente, el tic tac del reloj recobra el pulso,
los péndulos retoman su ciclo
y el sol parpadea entre la nubes,
te desplomas rendido en la butaca
recobrando el aliento
y comprendes que has ganado una batalla,
pero que la guerra, la guerra contra los miedos, la soledad y las tinieblas,
no ha hecho más que empezar.
- Autor: Jose Luis Posa Lozano ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2019 a las 11:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
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