La luna redonda
se adorna en el cielo
con nubes rosadas
que apenas si veo.
La luna está llena,
cercana y rechoncha,
buscando esconderse
detrás de una loma
que no ha de encontrarse
dentro la pradera
de campos de trigo,
de maíz y soja.
La luna me asombra,
me mira de lejos,
coqueta paseando
sin ningún complejo
con su cara sucia,
rosada y contenta.
Quiero ser tu luna,
te espero con pena
si me abandonás
buscando quimeras
de mujeres buenas
que te llevan lejos.
No me dejes sola,
quisiera que vengas,
que me hables bajito
cerca de la oreja,
que digas palabras
bañadas de luna,
de luz y de sombras
entre las estrellas
que le hacen corona.
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