Vamos a compartirnos.
Que detrás de la puerta nos enajenemos de sentimientos y prejuicios, que nos domine la lujuria y la danza incesante del sexo sin discriminar contrincantes.
Volvamos a ser animales, a sentir con fervor la respiración de otros, el sudor, las ganas, a deleitar los oídos con gemidos ajenos.
Que no haya cabida para la cordura entre tanto placer.
Y al final de todo, ámame otra vez, siénteme como parte de tu piel, como sólo tuya, y de nadie más, como esa a la que le has de dedicar incansables miradas y a extender tus brazos, quién será adicta de tus ojos y tus labios, que se sentará a la orilla de tu cama y te dará el desayuno cada mañana, entre sonrisas, te quieros y un par de relatos, sobre lo que fue y lo que podría ser, cuéntame tu día, regálame tus penas, quiéreme con la misma pasión con la que deseas todo aquello que has de soñar tener y por lo que te levantas todos los días luchando en contra de tus desgracias, contra el odio a ti mismo y contra la vida misma.
Que nada nos contenga, de disfrutar la plenitud del cuerpo y el enigma de los sentimientos, juntos, solos o en compañía.
Concédeme eso, vamos a compartirnos, entre tú y yo y los dos con el mundo, pero amémonos, más de lo que nos odiamos a nosotros mismos.
Comentarios3
CatBlack
Tu seudónimo, por lo que dices en este poema esta muy bien escogido. Felicitaciones por tu cara al mundo de de a nadie se hace daño.
Te leo
"pero amémonos, más de lo que nos odiamos a nosotros mismos."
magnífico final.
bambam
Que nada nos contenga, de disfrutar la plenitud del cuerpo y el enigma de los sentimientos, juntos, solos o en compañía.
Concédeme eso, vamos a compartirnos, entre tú y yo y los dos con el mundo, pero amémonos, más de lo que nos odiamos a nosotros mismos.
Muy buenas letras.
Gracias.
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