Debajo. Y al tacto: Rebelión.
De lo que soy soy soy soy seré sido siendo seguiré.
Al par de rítmicas destinadas a cruzar la señal,
siendo las esquinas frondosas cascadas.
Descendientes del sueño,
efervescencia trepando tiempos y distancias.
Que por cada calle,
cada camino que silva tu sonrisa,
cada sonrisa que deviene en luz sobre mis ojos,
cada ojo que se emancipa de la muerte
y respira el olor inconfundible de tu amanecer.
Transmuta el definitivo placer de estar,
inevitables una y otra vez,
con las migajas de una luna en la boca.
Con el rojo ocaso de un verso rozando tu pecho.
Ensimismados por la cobra que se alza en la noche.
Veneno invisible, susúrrame el hambre de tu colmillo.
Hace falta la brisa que te siente.
En el diario de maquinar ventanas hacía ti,
haciendo dobleces en cada avenida:
haciendo atajos, construyendo transportes.
Vigilando las puertas con la mirada extraviada
(pero bien encontrada y guardada).
¿Pero qué razón teje este universo?
La dócil e inefable sensación,
creciente cosmos, suave estela de pestañas.
Aguda estrella en un mar de multitudes.
Te meces en el vaivén de mi pulso,
te quiero en el invierno de mi sangre.
Te busco en el vórtice de cada polo en esta tierra.
Y mi cielo se atisba de tu rostro,
más que eso, el rostro se atisba de mundo
en mi visión intestinal contracción de mi yo total.
Rumbo al centro una vez más; sin detenimiento,
Conduciendo nervio tras nervio tras neurona.
Más metafísicamente que estratégicamente.
Con toda razón, sin razón, que no hace falta.
- Autor: Jordan Sanchez ( Offline)
- Publicado: 4 de junio de 2019 a las 23:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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