Al ser la más pequeña de la pandilla, le habían asignado el papel de palomita suelta, o lo que es lo mismo, le permitían participar en los juegos para que se pudiera sentir integrada en el grupo pero a efectos competitivos no contaba. Cuando jugaban al pillar, el que se la quedaba hacía amagos de seguirla sin esforzarse demasiado, pues aunque ella corriese al límite de su capacidad, podrían atraparla hasta con los ojos cerrados. Alguna vez la pillaban para que no sospechase de la permisividad que le era otorgada, pero cuando le tocaba quedársela, tras permanecer un rato persiguiendo sin éxito a sus amigos, alguno de ellos aflojaba el ritmo a posta para dejarse coger. Si jugaban a las carreras de sacos, a ella le daban un saco roto por la base para que pudiera sacar los pies, y aun así era incapaz de avanzar más rápido que el resto. Entonces, en alguna ocasión, se le concedían unos metros de ventaja para dejarle saborear las mieles de la victoria, y en ese momento ella se enorgullecía ante sus logros, gritando y levantando al cielo los puños cerrados en señal de triunfo. Cuando jugaban a la rayuela, como sus músculos aun no le permitían dar grandes saltos a la pata coja, le era concedido el beneplácito de apoyar los dos pies, y en caso de pisar las rayas pintadas con tiza en el suelo, en lugar de hacerle empezar la partida desde cero, hacían la vista gorda para dejarla seguir avanzando. Al único juego que participaba en igualdad de condiciones con los demás era la gallinita ciega, porque con los ojos vendados lo que importa es la intuición y la orientación y las diferencias físicas se emparejan.
Así pasó su infancia, creyendo ser competitiva cuando en realidad solo era la víctima del pacto tácito integrador de sus amigos. Y digo víctima porque pasaron los años y al llegar a la adultez, tuvo que pagar un precio muy alto por sus años de experiencia como palomita suelta. Y es que en la vida real las reglas del juego son implacables y los halcones no se apiadan de las palomitas sueltas.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2019 a las 14:46
- Comentario del autor sobre el poema: En esta zona, cuando un grupo de niños decide hacer partícipe de sus juegos a otro más pequeño que en el fondo no cuenta a nivel competitivo, se le dice "palomita suelta" Esto es un cuento que se me acaba de ocurrir. Demasiado triste pero tan real como la vida misma.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
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