Columna en que apoyar
mi derrota.
Dulce derrota...
Viernes por la tarde.
Media tarde, rayando las seis,
una calle que se acicalaba
para salir, noche de baile.
Volvía a casa, él volvía
a ninguna parte, quizá
la próxima esquina que se
ofreciera acogedora.
Se me venía con un ligero
pendular, barba sin tiempo
y mirar perdido.
Mi sentir fue de lamento,
me pienso un bulto más
en su inexistente camino,
no me creo tan importante
para ocupar un segundo de
su etérea atención.
Juzgaría que la curva de su
caminar venía del alcohol,
olvidar todo esto debe de
ser lo primero...
Propongo un ejercicio de
empatía, observar tu ego
desde cualquier otra
ventana.
Apostaría a que, desde su
humilde atalaya mira libre
su jergón, su cabaña, abrigo
suficiente, Alejandro contra
las malditas convenciones.
Quizá me mire con lamento,
quizá diga al mundo sin el
sonido de la palabra mis
miserias, que sean más
míseras quizá...
Mi apostadero, mi barandilla
desde la que avizoro al otro
es falso de toda falsedad.
Su apostadero, su andanada
bajo palco preferente,
desde el que brotan vítores o
almohadillas, ese..., ese es el
que le vale.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2019 a las 15:27
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando juzgamos a otro estamos, en realidad, juzgándonos a nosotros mismos si nos viéramos como lo vemos. Es, desde este punto de vista, un ejercicio innecesario y falaz.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Alexandra L, Texi
Comentarios2
Existencial Alberto.
Una gran verdad manifestada en tu escribir.
Como bien dices, juzgar a otro, es simplemente juzgarte a ti mismo.
Las malditas convicciones que tanto daño hacen, tanto prejuicios cultivan en su interior.
Un placer leerte
Kavi
Gracias por tu visita y atenta lectura. Cuando alguien opina sobre mí lo está haciendo desde su realidad, no desde la mía. Esto que digo no es una crítica, no somos capaces de hacerlo de otra forma al menos que el otro nos cuente su realidad y empaticemos con él para cambiar nuestro punto de vista.
totalmente de acuerdo Alberto.
Es fácil comentar sobre otros, quitar o poner virtudes, adjetivos, fácil tirar de otra piel, todo desde nuestro banco de ideas, que pena, y no pensar que seria de nosotros de estar en los mismos zapatos. Placer leerte Alberto.
Saludos, feliz tarde, Alex.
Placer verte por estas letras. Creo que no podemos ser de otra manera, no podemos pensar con otra mente que la nuestra. Pienso que el centro de la existencia somos nosotros porque la realidad que vivimos es la que creamos con nuestra mente, cuando nos relacionamos con los demás nos buscamos a nosotros mismos para conocernos y ser más felices, incluso cuando hablamos de otro queremos hablar de nosotros al vernos interpelados por lo que la presencia del otro nos llama. Todo lo que vemos nos interpela en la medida en que nos vemos reflejados en ello. Todo lo que hacemos es por y para nosotros, aunque de paso ayudemos a otros. No es pena, es condición humana, es la grandeza y la miseria humanas.
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