Vengo a complacerte.
No obstante sin rendir cuenta al espectro que pasea en mi,
no soy la mujer aquella que esperaba alguna vez;
...al amor tocar a la puerta de mi hogar.
Alguien pisotió mi anhelo.
Unos ojos ajenos me miraban con indiferencia,
unos labios ajenos pronunciaban mi nombre,
y otros apenas...
me veían y murmuraban,
El río de lágrimas se ha secado.
la vida enflaquecía mis carnes,
a cuesta de mi congoja, pregunto, ¿Por qué a mi?
olvidar las malditas manos recorriendo mi talle,
desnuda hollaron mi candidez;
cavaban en mi extrañas contra el fondo del abismo,
exasperé hasta mi propia sombra.
Comenzé a esparcir el propio respiro de mi fin.
Aquella rosa se había marchitado,
deje sentir el filo de las espinas de aquel rosal;
herida, arrastrada ...empezé aborrecer con vehemencia al mortal,
con el sentimiento más puro aniquilaba al amor,
que escondía mi pecho.... pecho que no latía;
se ahogaba para no perdonar.
Autor: Gladys Maria Henao Cortez.
- Autor: Gladys Ma. Henao Cortez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2019 a las 21:14
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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