Llego a la noche callada,
al mar de desilusiones que ambos habitamos,
y moramos en el y empapamos nuestras frágiles existencias en un soplo ligero,
allá donde salimos a caminar, y tomas mi correa y me adiestras,
y donde al morderte te excitas y dueles,
pero sólo me castigas cuando soy bueno.
Cuando digo te quiero de manera lacónica, llorona, firme y arrepentida,
cuando después de esto, vienes y humedeces mis ojos,
a cambio de anegar mi sexo con tu humedad.
Llego a la noche callada que habitamos,
que se desviste con prisas y nos brinda protección de las miradas intrusas,
con su piel magra y negra caoba,
y nos esconde del vado de ser fugitivos,
de nuestras otras vidas y cuerpos inertes,
como la naturaleza muerta que putrefacta sólo desea la muerte.
Y aunque te escondas de mi, y yo te esconda conmigo,
aunque me niegues como los Dioses que antaño se adoraban,
sabemos que viniendo a ti por medio de mis recuerdos,
y tú yéndote de aquí por la vereda de olvido,
con recorrer el camino mutuo y las horas tristes en que nos descubrimos,
distantes y dolidos,
llenaremos nuestros pies de aquella arena fina de nuestra playa, noche y mar.
Esa que se esparce más y con mayor evidencia,
cada que intenta uno ya limpiarse la camisa, los pantalones,
la cara entumida y los ojos que se conocieron intimando.
Y entonces, para romper la evidencia y no esparcirme más del "muero por poseerte",'
y tú, del lío que te hizo descubrir que si te quieres es contigo y tu arte que habitas. . .
Llegamos a la noche callada,
en el mismo mar salvaje pero quieto de muerte,
ya distantes en una eternidad descerrajada,
mientras lloramos frente a la pira,
por cada prenda arrojada y quemada en el fuego del fuimos,
que en cuestión de segundos se consumirá hasta el mismo.
Y nos vamos desnudos, cada quien sobre sus pssos y rumbo,
mientras el sol calcinante te hierve la sangre,
junto a los hubiera de tiempos pequeños y frágil vuelo.
- Autor: CALV. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2019 a las 16:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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