Te conozco tan poco, que te extraño. Te conozco enterita y tan a medias que te extraño aún en compañía. ¿Qué tienes tú, mujer? Que no dejas de atormentarme ni un solo día, si un día fuiste noche y de repente eres día ¿debería yo quererte si de la nada eres muerte y eres vida?.
¿Qué tienes tú, mi amor? Que no paras ni aunque pasen cinco años de atormentarme un solo día. Son tus sombras y las mías que no dejan de verse ni con lo claro del día.
Te conozco tanto y tan poco mujer, que te extraño más cada día.
- Autor: Alguienmuybonita ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2019 a las 02:03
- Categoría: Amor
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Dreamss
Comentarios1
“Vida después de la vida”
Paradojas de la muerte que la precede la vida...
En la loca carrera del humano “humo vano”
por entregar el fiel testigo a la macabra parca,
en donde la impaciencia es su mejor compañía,
puede aparecer repentinamente esta última
para que acabe el afán, la ambición y la fatiga...
Después de ella tal existe no para muchos,
una segunda, tercera, y muchas más vidas...
tomando en consideración que el alma si es buena,
es una forma especial, según mi hipótesis,
de indestructible e inagotable energía.
Que bonita analogía! Saludos
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