Quiero llorar, arrastrarme en mis lágrimas y gritarle al mundo que estoy triste y así quiero quedarme.
Soy consciente de mi falta de conciencia, de la ignorancia que me pesa. Pero el deseo es una bala perdida, incrustada en mi cabeza.
Voy del baño a la cama, de la cama al baño en una línea recta, infinita de aburrimiento y nostalgia. Soy, yo, esa presa, de mi propio cuerpo, soy yo, esa, extraña que no reconoce ni sus muecas.
Miro la puerta, arrodillada, encogida de hombros, esa es mi reja.
Y mientras ondea fuerte la vida, recuerdo, quién quiero ser algún día, y sonrío con franquesa porque entiendo mi existencia pero me cuesta... me cuesta ser el caminante que todos esperan que sea, mientras deseo sumergirme y no tener que vivir esta vida de locos que se creen cuerdos porque les gusta el sistema que mata niños de hambre, y les gusta aún más su indiferencia; disfrutan del caos de la humanidad que es polvo y seca la poca bondad que les queda, y sus mentes, retorcidas y vendidas ya a el diablo que vive en su imaginación limitada por el mundo que perciben a través de los programas que compran todos los meses y por los que trabajan hasta la muerte... HOY-YO- quiero llorar, necesito llorar.
Ver el mar nuevamente, esconderme entre algas, ser ese pequeño pez, quiero ser, ese, ser.
Déjenme soltarme de las cadenas del tiempo, de la suerte. Déjenme ser pez, déjenme ser pez, por favor (...) déjenme ser pez.
- Autor: Eli (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2019 a las 18:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 112
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Flacoflores
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