El último poema

El último poema

El día está a punto

de decir sus últimas palabras

y yo también.

Durante las últimas horas de esta jornada

he intentado escribir,

en las últimas hojas de un cuaderno viejo,

un poema que posiblemente sea

el último que escriba.

Creí que nunca diría eso,

pero para todo hay una primera vez ¿no?.

como esas primeras veces,

primeras cosas o primeras tantas

que inapropiadamente entran a mi habitación

sin siquiera llamar a la puerta

e invaden mi espacio, mis pensamientos;

mis ojos, mi tinta, mi todo,

mientras solo intento escribir un poema,

un poema que posiblemente sea

el último que escriba.

Entran marchando cual ejército a mi habitación, 

las anécdotas que alguna vez mi progenitora me contó,

como la primera vez que estuve entre sus brazos,

como mi primer diente, mi primera palabra;

mi primer paso, mi segundo paso,

mi tercer paso, mi primer tropiezo y

mi primera visita al dentista.

La nostalgia logra conquistar

mis pensamientos y me hace recordar 

cosas como mis primeros días de escuela,

las primeras tareas, los primeros golpes

y los primeros castigos;

también a personas y sucesos 

que de una u otra forma

cambiaron mi vida

para siempre,

como el primer público,

las primeras tarimas y el primer premio

al primer lugar en concurso de poesía;

como mi primer amigo,

como mi primera novia,

la primera cita, el primer baile

y el primer susto.

como la primera vez que sentí

verdaderamente miedo,

la primera vez que me sentí incapaz

de salvar una vida;

como la primera lágrima,

como la primera despedida.

Durante las últimas horas de esta jornada

he intentado escribir,

en las últimas hojas de un cuaderno viejo,

un poema que posiblemente sea

el último que escriba por hoy, 

pero mañana me despertaré a primera hora,

saldré de mi cama y haré de mi vida

de una vez por todas

el poema más hermoso

que se ha podido crear.