Padre Creador,
energía vital,
cae como lluvia suave,
empapando nuestra relación.
Nuestras vivencias,
broten como rosas.
Entre las espinas
de la cotidianidad,
se multipliquen la armonía,
el amor,
la paz.
Espíritu Santo,
como aire fresco,
guía nuestra unión,
como fuego enciende
la llama del amor en el corazón.
Los pétalos
de la paciencia y la comprensión
nunca caigan al suelo,
al lodo eterno.
Las espinas humanas
de los celos,
de la mesquindad,
de la ira,
nunca sean aguijones
que alejen las tiernas manos del Creador,
en esos instantes
cuando la cotidianidad nos ahogue.
La vida en común
nos enseñe a conocernos,
a comprendernos vestidos de coherencia,
a mirarnos a la cara
perdiéndonos en ella,
a respetar nuestros espacios con equilibrio,
a admirarnos sin perder el encanto.
Todo esto,
sean pigmentos mágicos
que vistan nuestra realidad
de belleza multicolor.
Todo esto,
grite a nuestro alrededor:
"Mírenlos como se aman"
que cada detalle
hable de nuestro amor.
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Autor:
Walter Rafael Agüero Gomez (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de junio de 2019 a las 11:33
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a mis hijos, en especial a Walter Andrés y Jenireé, quienes van a unir sus vidas en el matrimonio. Esto es lo que opino después de revisar mis vivencias. El pasado sirve para quedarse con las enseñanzas.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 59
Offline)
Comentarios1
¡Excelente poema! Al venir de ti, las palabras tienen un significado especial, y el amor está en cada letra. ¡Te amo papa!
Impregnar la letra y la acción del amor, esa es la vía hacia la evolución, la realización.
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