Acariciamos en el fondo
tus palabras eternas y elocuentes
en la noche oscura
sin luces, sin miradas
sin pasos que se encuentran
por simple casualidades.
Usamos el tacto
sensitivamente rozamos la nueva realidad
el apagón del sentido aun no enciende
y todo lo que frágilmente construimos
tiembla en la nada, en el todo
en la fiebre de una secuencia nueva.
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