¿Por qué te vas Amor,
al desierto de tu tumba,
a la ceniza y penumbra
guardadas en tus recuerdos?
¿Será que no hay lecho cuerdo
esperando por tus manos,
o que ya hay dedos tiranos
lavando tus besos tiernos?
¿Por qué te vas Amor,
como soldado ultrajado,
rendido ante el agasajo
que ya no profesan por ti?
¿Será que por ahí,
no habrá mujeres virtuosas,
amorosas, cariñosas
que te olviden la pasión
que engendró en tu corazón,
los orgasmos de una diosa?
¿Por qué te vas Amor,
sin instinto, sin trincheras,
sin amigos tan siquiera
que comprendan tu dolor;
como un triste pecador
con su amarga penitencia?
¿Será que en la decadencia
de tu sublime razón,
el hombre y el animal que son
se olvidaron de la esencia?
¿Por qué te vas Amor,
si aún tu cuerpo es divino?
Ya vendrá otro camino
que tu instinto elegirá,
ya la herida sanará y
mientras tú rosa nace,
¡Deja que el tiempo pase,
deja la diosa atrás.
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