Los recuerdos de la niñez
se me pierden.
Centro la atención en una retrospectiva
que se borran en el tiempo,
como quien mira fijamente un punto
en el espacio infinito,
como quien fija su mente
en los más remotos recuerdos de la infancia.
Y allí estoy yo,
en brazos de mi padre
viajando en un ruidoso tranvía de la época,
seguramente de los últimos
que traquetearon por las calles de La Habana.
Me veo y no lo creo.
Era apenas un niño de meses,
que lloraba y lloraba,
temeroso de un mundo que desde entonces,
me asustaba.
Es increíble que la mente humana
pueda guardar en su libro del pasado,
hasta la más simple palabra.
Hoy puedo recordar hasta el olor de los pupitres
de la escuela de la maestra Blanquita,
que por entonces ya apenas caminaba.
Pero pasan los años
y la mente ya no puede
en el libro del pasado
sumar nuevas páginas.
Entonces mezclará las historias,
inventará cuentos que no son de hadas
y borrando unas, y otras,
no quedará nada.
Frank Calle (23/ene/2018)
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Autor:
Frank Calle (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 3 de julio de 2019 a las 01:25
- Comentario del autor sobre el poema: Inevitablemente tiene que llegar el día en que se haga evidente que ya estamos en la llamada tercera edad, y casi sin meditar en ello iniciamos la cuenta regresiva…
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 14
Offline)
Comentarios3
¡No quedará nada!!.
Para nosotros que hemos escrito el libro de nuestra existencia; Pero pienso que este libro quedará como prueba de nuestro paso por la vida.
Un abrazo.
Es verdad amigo, pero eso lo sabremos hasta un día.
Para mi es difícil reconocer esa realidad. Sibiendo este poema, que es de hace algunos meses, terminé escribiendo una variante.
Muchas gracias por su comentario.
Un abrazo,
Frank
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🙂
Gracias Hada, respondo con palabras porque es donde me siento bien. Además de escritor, soy profesor de toda la vida, y mi fuerte es la comunicación con las personas. te agradezco que te intereses por hacerme saber tu agrado por los poemas.
Saludos cordiales,
Frank
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