CARTA

Esta noche con la mirada perdida

y la mente en blanco

Y con lágrimas que brotaban de mis ojos

Difícilmente conseguí escribir aquellas

Cosas que no conseguí decir jamás

y que he mantenido oculto en mí.

Recordando, mi niñez…

Recordé que las cosas que hacía

Y del como te juzgaba, no tienen explicación

No tienen perdón.

Llevándome de la mano,

al colegio Acurrucándome,

en las noches frías.

Acariciando mi rostro

y secando mis lágrimas.

Curando golpes, y, sanando, heridas

Un buenos días, un buenas noches

No te tardes…., DIOS te bendiga

Cuídese mi hijo, cuídese mi amor.

Consejos ridículos, yo decía...

Cruzando calles y andando sendas

E ignorando aquello, aquello llamado amor.

Nunca lo sentí, por que nunca la escuche

Nunca, lo supe, por que no la comprendí...

Siempre la hice llorar, siempre la hice sufrir

Nunca preste atención, al amor que ella me dio.

Nunca supe valorarla,

nunca supe amarla

Nunca aprendí a quererla,

nunca quise cuidarla.

Ahora es tarde….

Ahora es tarde para amarla

Ahora es tarde para quererla

Lo he perdido todo, no me queda nada.

Me he quedado solo.

La luz del sol no brilla mas

La voz de mamá no escucharé jamás.

Siempre quise decirlo más nunca me atreví

Pues mi orgullo mataba los

sentimientos puestos en mí.

Mama. Quiero volver a sentir tu calor

Quiero volver a sentir tus besos...

Aquellos que yo rechazaba...

Pero es imposible. Ya es muy tarde,

Tu ya no estás, tu ya te has ido.

Solo me queda, madre mía,

dejarte esta pequeña carta

Al pie de tu humilde tumba y decirte.

Q.E.P.D., mamá, Q.E.P.D...

Y clamar al cielo y gritar a los vientos...

¡¡Mamá! !...! ¡Perdóname! Mamá, perdóname...

Te lo implora... con dolor...

Tu hijo.

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Por: Carlos Andrés Argandoña C.