No me olvido de ti
porque vas a mi lado
y caminas conmigo
en lo bueno y lo malo.
Yo sé bien que sabías
lo que estaba pasando
pues tus ojos inquietos
al mirar se alteraron,
y no quise asustarte
con mi aspecto cansado
y te dije con guasa
que eran solo los años,
pero tú lo sabías,
era fácil notarlo,
que tu hijo querido
algo estaba penando.
Hoy te pido tu ayuda
y ese rezo tan sabio
a la Virgen del cielo,
con Jesús en sus brazos,
porque quiero ser fuerte
y pasar este trago,
esta senda difícil
con profundos barrancos,
es por eso que ahora
necesito tu mano
y la eterna caricia
que tus dedos dejaron.
Yo sé bien, madre mía,
que me estás escuchando
en el cielo infinito
como hiciste a diario.
Pide a Dios que me ayude
y que cure mi estado
para amarle en la vida
y seguir tras sus pasos.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 13 de julio de 2019 a las 07:24
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez, Adelaida Gutiérrez
Comentarios3
Fe profunda en tus letras mi querido Rafael.
Hermoso poema.
Apapacho!
Gracias Chachi Aguilar.
Un abrazo.
ENCANTADA DE PASAR POR TUS LETRAS. SALUDOS POETA
Gracias Alicia.
lo mas hermoso que he leído en el día...
gracias por escribir
saludos y felicitaciones por tu talento
Heidy
Gracias Heidy.
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