Puedes pedirme cualquier cosa,
pide que me beba tu alegría,
tu juventud, pide por favor,
mis manos, todas mis manos
llenas de tus sonrisas,
todas mis miradas colmadas
de tu luz, de tu mirar.
Pídeme cometer ese pecado
tan original, tan libre de inocencia,
el único que incluye
su propia redención…
Pídeme ese beso que recorra
tu espalda, erizándote la piel,
la caricia que te ponga de cabeza
y le de la vuelta al mundo
en ochenta versos, pide
todos mis pensamientos,
todos mis sueños y vigilias.
Pide el resto de mis lágrimas,
aunque no quieras usarlas,
pide que te invente mil y una noches
para no dormir cazando estrellas…
Aunque nada te haga falta,
pide todo lo que tengo,
pídeme que te siembre un árbol,
que te escriba un libro y por favor,
por lo que tú más quieras pide
que te engendre un hijo y déjame,
por fin, ser verdad con tu verdad.
Pídelo y rescátame de esta
soledad rupestre y cavernaria,
pídeme esto o algo más y no dejes
que todo se muera entre mis manos…
Con la boca tan llena de tu nombre,
con la mirada tan llena de tu ausencia,
con ese hueco tan lleno de tu olvido,
con un silencio tan poblado de rumores,
una muerte tan vulgar y ordinaria
como solo puede ser una triste vida
tan vacía de tu amor.
Pídeme lo que sea, pero no
me pidas nunca que te quiera más
o que te quiera menos, eso no puedo
ni tan siquiera imaginar cómo podría hacerlo…
- Autor: Aleph67 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de julio de 2019 a las 19:46
- Comentario del autor sobre el poema: Una súplica más...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
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