Esta mañana mientras
el sol me quemaba la espalda
y el arroyo me pedía que escuchara su incesante tremolina
a cambio de su frescura interna;
mientras los arboles adquirían presencia
y eran dueños de sus ramas de su espacio y de su sombra;
mientras el gran fondo azul salpicaba de color todo rincón;
mientras el viento, sin linderos, respetos ni privilegios
limpiaba de hojas muertas las ramas de los arboles,
refrescaba sudores o producía mil sonidos en mil distintas partes;
mientras los pájaros, peces, insectos y demás fauna silvestre
respetaban su instinto y su costumbre;
mi mente ciudadana y lejana
absorta en la contemplación de vida y movimiento
se emboto de una nueva razón para entender el gran misterio.
Con la simplicidad con que rueda entre las piedras el agua,
mientras me bañaba en el arroyo que baja de la peña
rodó mi pensamiento hacia un sugestivo estado de ensueño:
en una transfiguración lenta y extraña a mi conciencia
empecé a sentirme parte del todo circundante.
Se derritió mi esencia para transformarse en agua y corriente.
Empecé a ser piedra y arena,
raíz tronco y rama también me convertí.
Fui pez, hormiga y gusano, ave viento, sol y árbol.
Era yo todo y todo era en mí.
Como TODO sentí el fresco del arroyo cristalino,
y también sentí su raudal;
palpe la fragancia de la tierra, su extensión interminable
y su maternal fecundidad,
sentí el peso de la materia, su volumen y extensión.
Paloma sabandija y ratón también fui,
cucaracha y buey, araña, nube y bacteria.
Mi cuerpo no era el cuerpo que fue mío y fue de todos el cuerpo propio.
Fui sol, aire, paisaje; todo eso era yo y yo con ellos.
y fui concepto, necesidad, sed y mentira, mal olor, oscuridad y luz.
Era yo hoy mañana y siempre, ira y ley, fuego e idea, satisfacción también fui;
amor, sobrevivencia y muerte, putrefacción y hambre,
calor, noche, rencor también así fui;
blanco, verde y maldad.
Fui indigencia, locura, ignorancia e insensatez
tan fácil y natural como fui verbo y razón,
negro y finito eterno y brillante, e incomprensible y natural era mi esencia y no la era.
Eso era yo, ese era yo.
Yo era eso y más yo fui:
y fui la parte y el todo y fui lo pequeño y lo inmenso.
¡Y fui dios y fui Satán¡
y fui arriba y abajo
opuesto eran en mi y yo era lo opuesto.
La convención no existía, los prejuicios se alejaron,
el miedo desapareció, el instinto se opaco.
Muy pronto me vi caer dentro de un foso profundo.
Y fui foso y fui profundo¡
mas, el foso se estrecho:
no me importo su estrechez¡ empecé a sentir limitaciones.
Algo comenzó a trazar por mis bordes un perfil.
Esto a mi no me inmuto¡
era un perfil conocido, era el perfil de mi cuerpo.
Alguien mi ajeno a mi lanzo la expresión mas dura
que como látigo ardiente me disgrego en mil pedazos
que afanados se apretujaron:
¡ERES TU¡
Y eso, si que me importo¡
De mi ensueño sin fronteras retorne pesadamente
a mi cuerpo susceptible.
Empezaron a caer pesadas estalactitas por delante y por detrás
por un lado y por el otro.
Convirtiéndose en prisión de mi cuerpo, que antes fuera,
momentos antes no mas, informe en el gran conjunto,
parte y todo de la forma,
forma sin forma en el todo.
Convencido de ser libre aun estando encerrado
intenté ser mi prisión:
¡que gran dificultad¡
se había acabado el encanto de ser el todo circundante,
que inmensa desilusión.
El arroyo empezó a tener su propia forma y razón,
el viento me fastidiaba, los zancudos me chupaban, las hormigas me trepaban,
los arboles impedían que el gran sol me calentara.
Las cosas buenas y malas se empezaron a apartar,
un fastidio torturante me quería despedazar
y vinieron los conceptos, la razón y la verdad,
dividieron opiniones, hacia un lado se fueron unos
y hacia el otro los demás.
Comprendí ya sin reservas la ilusión que me atrapo.
No por esto deseche para el momento oportuno
convertir en realidad lo que un sueño me enseño:
ser yo todo y parte de este;
salir, mas no con la imaginación o ningún concepto enojoso,
ni de este cuerpo humano mío limitado y sin sentido,
abrumado y anheloso, de mis prejuicios humanos.
Hacer parte verdadera de las cosas que me rodean.
Ser átomo y ser partícula,
ser energía y ser materia,
ser un humano terrenal que necesita de su hogar
por ser este su propio cuerpo, el mío y de todos el mismo cuerpo.
- Autor: Teodocio Potes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de julio de 2010 a las 18:15
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 233
Comentarios1
Hermoso Teodoro, letras de gran significado para mi. Me estremecí en todo el proceso que vivió ese "yo" que describes. Si fue una ensoñación que tuviste te felicito, la vida te ha premiado con un gran regalo. Si es imaginación también te felicito, es maravilloso lo que has creado.
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