Mi casa en la llanura, mi ventana,
de tardes miradas...
con un hastío colgado de nadas.
Errante ánima,
inextinguible, e imprescindible luminaria,
resignadamente, una exenta lejanía.
Epicentro inscrito en ningún mapa,
tuya es mi plegaria,
y todo lo que a mi me pasa.
Acércate a mi ventana, ponte bien cerca,
columpiada en una cresta,
responde por favor, mi dulce madre mía.
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2019 a las 03:21
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, pani, Alberto Pelayo, Lolaila, Luna y Poesía, Sophia Sea
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