Para ella no existen
las preocupaciones mundanas.
Instalada en la inopia
de inflaciones y primas de riesgo,
tiene la facultad de sacarle
a cada caída una enseñanza
y hacer de cada apagón una velada.
Ella no necesita acogerse a fe,
pues su aura ya es divina per se.
Si acaso, lo único que le inquieta
es salir airosa de la travesura
y cuando es sorprendida in fraganti,
su sonrisa delatora es capaz
de desarmar las regañinas.
Nunca la verás administrando nada:
va repartiendo cabriolas y piruetas
entre las horas hasta caer rendida
en una ingenua cuna.
Ella es un torbellino rutilante.
Frescura hasta la saciedad,
los vórtices que desata al bailar
son recogidos por la improvisada
coreografía de universos paralelos.
En continuo estado de erupción,
se dislocan sus mejillas
cuando al sorprenderla asalto
el hipocentro de las cosquillas,
Y ríe...y río...y reímos...
y ya de paso seguimos riendo
hasta que los abdominales
se nos hunden en las costillas.
Al interrumpirse la risa, ella sueña
con la inocencia de los peces
y yo me desgrano, célula a célula,
en cada verso que le escribo.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de julio de 2019 a las 09:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
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