Es pesadillesco imaginar un hombre que tenga su cara repetida -adelante y atrás- y además su pecho, sus genitales, sus pies y dedos, etc... (Como una moneda mal acuñada, o diseñada intencionalmente para engañar, donde se repitieran las caras); pero es muchísimo peor imaginar un hombre que sea doble sello: cráneo y pelo, orejas, doble espalda, nalgas delanteras y traseras, doble talón de pie, etc... El primero, sin duda perturba. Imaginar esa exageración absurda de percepción sensorial, la dualidad o divergencia en su conciencia, la incómoda postura ¿cómo podría dormir? Pero el segundo, es tanto más macabro. Sus sentidos se limitarían al tacto y al oído, siendo mudo e inimaginablemente ciego, sin cara. Es fácil imaginar un hombre ciego; alguien que ha limitado su sentido de la vista al negro u otro color. Pero es inconcebible imaginar un hombre que el sentido de la vista simplemente no esté en su naturaleza. Es curioso, no hay ninguna razón evolutiva que justifique ese miedo. Si encontrara, por ejemplo, un León en mi cocina, sería natural sentir pavor al ver mi vida amenazada frente a esa espectacular bestia. Pero este hombre sería completamente lerdo e inofensivo, sin embargo, el sólo hecho de pensar que camina por mi casa y toca torpemente mis cosas, me aterra. Hay algo malévolo en imaginar este Error sentado en mí cama.
- Autor: Alvarofe ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2019 a las 14:26
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, kavanarudén
Comentarios1
La verdad que es una imagen maléfica.
Muy bien descrito y escrito. Me has dejado pensando, reflexionando.
Un placer leerte
Kavi
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