Formula un deseo
Eres una soledad, quizá dos...
Eres una soledad que deambula por la casa, en silencio.
Te escucho entrar en el baño, o quizás el cacharreo de la cocina.
Te escucho saliendo al ojopatio para atender la colada, la vecina coincide,
te habla pero no escuchas, estás sola, en silencio, de ojos adentro y afuera.
Eres una soledad que alza una mano buscando presa, pero en silencio, no te oyen...
Te escucho otra vez, yo en mis asuntos, en el salón, escribiendo, conversando con mi soledad.
Mi soledad me habla, me dicta para que escriba lo que le llega desde dentro, inconsciente.
Te escucho gritarle a tu soledad en voz alta, en silencio, noto el latido de tu garganta.
Tu voz se quiebra como un pergamino que no recibe letra, clamas en el desierto.
¿Por qué no juntamos nuestras soledades? A lo mejor congenian y se hacen amigas.
Si así fuera se irían juntas al parque, al bar de abajo, café con pastas y todo eso.
Nos dejarían tranquilos, sobre todo a ti, que tienes la espalda vencida, de tanto peso...
Mi soledad me sonríe a menudo, y me sugiere buenos versos. Aunque a veces...
Eras una soledad que deambulaba por la casa, en silencio.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de agosto de 2019 a las 16:08
- Comentario del autor sobre el poema: La Soledad no es cuestión de compañía...
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 34
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