tus besos jamás se borraron como tampoco mi amor se desvaneció por ti. Ahora no puedo ver tu rostro ni sentir tu piel, pero sé que éstas son mis manos, que te conozco y sigo esperándote porque tal vez, cualquier día de estos puedas volver del mar.
Me preocupa que no vayas a venir, pero sigo piedra sobre piedra en la arena, platicando con tortugas, aguardando tu llegada, porque bien podría cerrar los ojos o voltear para otro lado, pero persistirás, más turbada que nadie.
No quisiera empezar a envejecer para convertirme en una silueta macilenta y fría. Quiero que vuelvas, que vengas desnuda entre las olas, que vengas a mi cuerpo, que me reconozcas porque hoy sería el océano para estar cerca de ti.
Vamos a brincar, vayamos juntos de la mano, a empaparnos, una a otra orilla a recorrer el mar. Deja que te cargue sobre mi espalda, vamos a interrumpir a la marea y empezar en un puerto distinto, que igual soy el vagabundo que te espera.
Ya no quites a tu amor de mis ojos que me vuelvo un ciego.
Aparece.
Ah, y por favor, si te fuera posible, cariño mío regresa.
@leer_y_escribir_
#Prosa #Poesía
- Autor: ANGÉLICA CONTRERAS (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de agosto de 2019 a las 16:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: María C.
Comentarios2
Un ruego
una luz de esperanza
que añora y
se apaga lentamente
Espero que regrese prontoç
Un saludo
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