La luna esta callada y el silencio se regocija en mi ventana
Las estrellas son lentejuelas baratas, maltrechas sobre una tela de gala
Lo azul que hay en lo negro del cielo es agua cristalina vertida en veneno
Ahora estoy sin aura, sin fuego y todo es su culpa
La larga tristeza es la corteza infinita, de un árbol en la penumbra que se marchita
junto a su propia sombra, que se pudra si me nombra.
Que me nombre, pues mi nombre es el silencio que hace cuando me piensa
¿Y qué hace cuando me piensa? ¿Qué piensa? Si me piensa
Siento como el mundo me abandona, las voces del interior se van volviendo eco
Un eco tan profundo y tan lejano que solo se escuchan gotas cayendo sobre un pozo
Gotas como de una llave abierta.
Un profuso pozo de oscura agua envenenada
Que más allá de un montón de estrellas opacas y diminutas
Mustias y antiguas, no reflejan nada, solo penumbra.
Su voz, no es agua,
es viento, su aliento alma,
un hálito púrpura/violáceo que le tiñe los ojos de gata y mata las plagas fecundas en mi Egipto carente de vida,
en el desierto de mi cuerpo llano, simple, grave, esdrújulo, árido, cadáver de estampidas, arena y polvo, tiempo y abandono
Y entonces amanece detrás de la montaña, mi padre se levanta Tendré que apresurarme en terminar de asesinarme puesto que si entra y me sorprende despierto, trabajando por mi sueño voy a decepcionarle. Y no hay nada más triste que sea tan temprano luego que fue tan tarde No hay más nada, más que voces y una profunda devoción hacia el llanto y el hambre.
- Autor: Over Mendoza ( Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2019 a las 00:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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