En la ciudad de las cloacas...
un enjambre de carteles publicitarios
taladran la conciencia de los niños.
Sus caras infantiles
parecieran pedir limosna...
en el cáliz despoblado de la noche.
La inocencia murió despacio
y sin pecado...
antes siquiera de poder imaginarla.
Todo parece una extraña sombra...
en el lado inveterado de las cosas,
cuando el amor al exceso y al dinero...
apenas desbarata
el exquisito aliento putrefacto
del hábito imponderable en su vacío.
Yo conozco el alma circunspecta
de las cosas...
de las damas que sueñan con su armiño,
mientras el bozal y la cadena
que ahogan sus conciencias...
parecieran dormir tranquilamente,
en el silente paredón...
del dolor y del reproche.
La sinsustancia de la ira es la parábola
incandescente y enferma
de una sociedad sin nombre,
tan sin pulso...
en la callada y anodina quintaesencia
del horror y del vacío,
que se diría... que el foso
descuidado de su arista,
es apenas un proyecto inalcanzable
en el marco inexcusado del amor...
en lo absurdo de su vuelo.
- Autor: pani ( Offline)
- Publicado: 5 de agosto de 2019 a las 08:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: David Arthur
Comentarios2
"La inocencia murió despacio
y sin pecado...
antes siquiera de poder imaginarla."
cruda realidad la de la ciudad de las cloacas, que aún inundada de neon sigue sin luz, sigue opaca.
un gusto llerte amigo. saludos cordiales.
MUCHAS GRACIAS MARCOS... UN HONOR PLATICAR CON USTED... QUE TENGAS UNA MUY FELIZ SEMANA, EN COMPAÑÍA DE LAS MUSAS...
Muy bueno Pani.
Saludos y feliz martes,
David
MUCHAS GRACIAS DAVID... CORDIALES SALUDOS...
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