Hay un fuego hambriento dentro de mí, devora y crece, se obstina con las paredes de mi cuerpo y fantasía con la omnipotencia de los Dioses, deseoso de extenderse por todos los espacios, quebrando las fronteras entre los continentes.
Así cuando me paseo por el sendero de estas progresistas metrópolis atestadas de putas, drogadictos e indigentes engullendo inmundicia de los contenedores de basura, los espío tímidamente, sigilosa y de reojo pero nunca me detengo, mi fuego tórrido se remueve y se alimenta mi furia, está quemándome como suplicio de mi hipocresía.
El me pregunta, ¿No te alcanzó el dinero para ofrecer un abrazo? y maldice a esté mundo cristiano que bendice ignorando y destruyendo al marginado, semejante a cuando asesinamos a Cristo y al tercer día de remordimiento divulgamos su Resurrección, está iglesia homicida de su Dios, ególatras en constante sacrilegio de la inmolación, aniquiladores del prójimo, esclavos del señalamiento y la presunción...
Sin embargo continúo caminando, dificultada con el ardor, lastimada de gravedad por mi fuego, huyendo del eterno asesinato cometido por la humanidad a su divina providencia... Y a los vagabundos del contenedor, que al fin y al cabo no ha sido más que lo mismo.
En la inmensidad de mi abatimiento le pregunto a mi fuego, ¿Acaso no puedes rasgar mis carnes y entregar mis brasas a ellos? Multiplicarme, multiplicarme y multiplicarme...
Ahí calla y cesa el crepitar de mi fuego, en mi desamparo le pregunto, ¿Cúal es tu objetivo hábitando mi cuerpo?
El calla pero yo sigo aquí, buscando esa escabrosa respuesta, con los sesos oscuros y las pupilas revueltas...
- Autor: Suck 69 ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2019 a las 18:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
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