Hoy quise refugiarme de la lluvia;
ser el sprint del velocista más rapido
pero la lluvia fue un Dios maniobrando mi destino
un punto sin retorno para religarme a las gotas.
Bajo el agua se percibe estar solo
(al principio)
después
vientos etéreos
irrumpen su sinfonía
es ahí donde mojarse ya no importa
pues no hay lluvia que se presume eterna
y todos podemos ser nuestro propio impermeable.
- Autor: Astronauta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2019 a las 20:47
- Comentario del autor sobre el poema: Todos podemos ser nuestro propio impermeable...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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