Yo

Mefistofelos

Un mano se poso en mi mejilla y me pregunta ¿Por qué lloras?

Me encontraba solo, en una habitación rodeado de objetos

Eran flores que se abrían con la fragancia del recuerdo

Por la ventana, entraba el noto

reminiscencia que me choca como un faro abandonado

La mano bajo, paso por mi cuello

Como si pasara por un puente de azucenas

me toco el hombro,

me apretó con la fuerza de la esperanza

no tuve más gesto que el hundirme hacia mí adentro,

contorsionarme en la sinfonía de ese abrazo

La aureola se fue a buscar otros rostros que iluminar,

dejándome en soledad con aquella mano,

una mano que era la mía

un amor que me era propio.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.