Pastoreo por el valle,
y pongo los ojos en la cruz del monte,
también en la nube
que aislada glorifica su nombre...
Entre las inmensas claridades
Dios me vive,
en las aguas silentes
y en la sombra alargada de la tarde...
Ya estoy exangüe,
la oveja al redil... y al nido el ave,
cual homenaje
al sol que apagó su lumbre...
Y yo me quedé,
allí enfrente para poder entender,
lo que es la noche
en la fe de su luz indulgente...
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2019 a las 03:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, CARMEN, Sophia Sea, Luna y Poesía
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