Las sabanas
saben a sudor,
a flores de primavera.
Dos manchas
blancas denuncian,
el beso, el abrazo en fuego,
y la sangre
hinchado las venas.
Y sin embargo
no hay nadie.
El lecho
desordenado espera
que vuelvan los amantes
y que el tiempo se detenga.
Todo habla
de mar y caricias,
todo calla
aquieta y desvela.
Han sido
noches de insomnio,
mareas venciendo estrellas
y sueños enredados
en trenzas.
- Autor: Jade (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2019 a las 00:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto
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