TONTERÍAS DE MEDIANOCHE (Cuando la melancolía de lo inútil te invade)

Hoy salí cuando la mitad del día
rompía los limites.
Cuando se cambian los trajes
y las camisas e incluso los calcetines
pero sigues,
como en un olvido pretencioso
con los mismos gayumbos.
La noche,
obscena,
flor de intestinos sin digestión
me trajo buques .
Y me metí al garganton
varios chutes de whisky y de repente.

Estimable condición
para llevar estos días
y aislado insulto que de fracaso me como.
Me fui siguiendo lo prohibido de las noches.
Aquellos pies de caballo
que hacen ruido de galope
sobre la piel del alma.
Barcas de agua sin agua donde poder remar.
Y hablo de la noche,
esa oscura condición
que hace presagios del día pasado.
Estuve en las zonas del fuego cruzado
donde se mezcla la fatiga
y la intención.

Y sin embargo busco el vestido de acontecimientos
que dejen de lado este cementerio
que se llama hombre
y son oscuros como la noche que penetro.
Desoladas formas que con sus alas
me llevan a los labios de lo que no existe.
Hay espadas en cada camino que transito.
Formas afiladas de nomeolvides
y un color que me desorienta.
Es una paleta de colores que me confunde.

Busco la noche de las putas
como una atmósfera que me de paso
a la soledad ruidosa de este corazón
lleno de dedos que siempre apuntan
al leve fracaso y a la salmuera de volver a empezar.
Tengo un tren de preguntas
y tantas vías que circular
que el maquinista de mi vida se confunde.
Mañanas dormidas o despertadas
de resacas que siempre son inviernos iguales.

Ya está,
estoy delante de las sábanas de mi cama
que tienen roncos sonidos de ayer
y explicaciones calladas de hoy.
Eso,
me dormiré y llevaré
debajo de las axilas de mi día
la vida enrollada en capítulos extraños
de complicada lectura y
mañana Dios dirá.
O me pregunto
¿se quedaría Dios con las putas y a mi me dejo de lado?
Fortuna de sueño que hoy tengo.