La / te quiero tanto, tanto,
que no quiero convivir,
en el sentido de vivir, con ella / contigo.
Parece un contrasentido, cierto.
No quiero que de la convivencia
si, la convivencia,
surja en ambos, en ella / en ti y en mi,
la rutina,
y tras ella el desamor
que amarga.
arruina,
Quiero mantener en ella / en ti y en mi,
el enamoramiento de los primeros tiempos.
y tal permanencia se malogra
con la convivencia.
Dicho esto, inciso,
debe reconocerse existe un problema,
el problema.
El problema surge
cuando se tiene el deseo mutuo,
o la necesidad,
o ambos,
de descendencia:
hijos.
Los hijos requieren,
exigen,
la existencia de unos padres,
una pareja, unida,
en convivencia pacífica,
aunque después,
surja la rutina,
el desamor,
el hastío,
a los que me he referido,
un tercero incluso,
de donde surge el conflicto,
y con ello la ruptura.
Por ello que la propuesta,
solo sea valida
para gente joven pero madura;
divorciados
viudos,
tal vez,
que ya hayan tenido cada uno por su parte hijos
y no se de en ellos el deseo,
la necesidad, de tenerlos.
Resumiendo, regreso, mejor cada uno en su casa,
y para la relación: En tu casa o en la mía.
como hago, hacemos, ella / tu y yo
josecarlos balague
Barcelona, junio 2019
- Autor: josecarlosbalague (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2019 a las 09:24
- Categoría: Amor
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
Comentarios1
Como la vida misma...
Saludos
Si
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