Es divina la mente del artista.
Creando su obra, él mismo se derrama
y se disipa, hasta que sólo exista
la infinita belleza que tanto ama;
que, rápidamente, toda la vista
recorre y forma un nuevo panorama.
¡El alma se estremece conmovida
por el sagrado fuego consumida!
Lentamente, las palabras florecen,
los colores cantan y los sonidos
vuelan al rededor cuando oscurece.
¡Todo enamora mis bellos sentidos!
¡Todos los amores que me estremecen
vienen de corazones conmovidos!
¡El alma se estremece conmovida
por el sagrado fuego consumida!
- Autor: Efraín Ramírez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2019 a las 07:43
- Comentario del autor sobre el poema: Escribo este poema en honor a todas las personas creativas, pero sobretodo, a los artistas encantadores, que con sus obras hacen del mundo un lugar más hermoso e interesante.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 54
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