Somos naufragio
que espera.
Ese soplo que me pega
en la espalda.
Ese soplo, que a veces
es viento, ráfaga y silencio.
Ese alguien, ese algo,
esa nada que es pábulo
a mis velas.
Elevas mi frente, despiertas
ese instinto que tiembla
en el envés de mi cáscara.
Máscara de un barco que vuela
sin bitácora, y se pierde en lontananza.
Alianza sin dedo, sin rumbo,
mar ni mapa, ni lecho que descansa.
Remansas mi angustía, de mi hoguera
leño, arrullo que llama al sueño.
Pequeño pájaro que vuela,
que vaga al son de ningún timón,
que confía su suerte
a la vana esperanza.
Semblanza es esta, testimonio
de un querer, de un vivir
sin gobierno ni patrimonio.
Ese soplo que me pega
en la espalda, ¿Dónde me llevará?
Donde él quiera. Perdí la voluntad.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2019 a las 13:43
- Comentario del autor sobre el poema: El motor de nuestro espíritu. Sin él sobran las gasolinas.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 206
- Usuarios favoritos de este poema: Yajaira Vargas, María C.
Comentarios1
Te llevará a buen puerto,
donde el amor estará para ti
dispuesto.
Me ha gustado mucho Alberto
Un abrazo
Gracias María. Aunque parece mentira la idea del poema era hablar del deseo en general. Como sé que en esta página, como creo que en todo el mundo, se relaciona el deseo con el sexo, acabé inconscientemente escorándome hacia este - la elección de la ilustración, el final, en el que insinúo el amor sin pensar en él. Sabía que así, y con este título, llamaría más la atención - como así ha sido.
Otro abrazo para ti María.
Cada cual se expresa a su manera, y me parece muy bien, a mi me inspiró esas letras.
Un abrazo
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