Me desconozco tanto.
Ya no soy el que siempre devoraba las nieves estivales,
No admito ya el chocolate como la puerta al otro reino,
Ni voceo ese paraíso ensimismado en uno.
Ya no soy ese que reaccionaba a la injusticia,
Me he vuelto dócil, aplastable, cómplice por omisión.
Puto naipe que presume de lavable,
Pensar que fantaseaba para arcano menor.
He conocido la incomodidad y le he alquilado un cuarto
Donde siempre pago, pero apenas si puedo estar.
He sangrado la lágrima viva que plañían antes de mí
Sinfín de otros que tampoco hicieron nada para cortar
Esta ruleta rusa de basura, alquitrán y boletas de luz.
Y hasta he perdido la mitad de mis juicios
En un diván -más analítico y más operativo
Que el que jamás podré ser yo-
A cielo abierto, a paladar dormido.
Quiero dormir como si fuera un paladar.
Sólo quiero dormir
En la resaca de este vino picado, pobretón, cosecha 92:
Ínfulas de grandeza, gimoteo de niño, desidia de anciano,
Evidencia un toque amargo,-
Cada vez lo oculta menos, ni a pa(c/r)ientes les sigue el juego-
Pura madera para el baile de la vida,
Hasta no levantarse más (y así sea).
Sírvase solo y después de doce,
Si es que se puede contener
La tristeza al descorchar;
La alegría del corchazo.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2019 a las 12:08
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- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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