Se fragmenta y en esquirlas
el alma del hombre deambula
en el laberinto de su propia mente
convertida en cavernaria cárcel
y en esa mente, es donde sufre los embates
de las ráfagas que rasgan sin descanso
las úlceras que supuran con tristeza.
Y la aurora, sobre las montañas,
una sombra proyecta hacia el talud donde se pierde.
Solo queda sobre el húmedo musgo
la tarde que se agiganta para entregarse a la noche.
Entre sombras que proyectan las auroras
la vida pasa el hombre, con su alma fragmentada…
Las almas de los hombres
sufren por haber leído a Kempis
como Amado Nervo, nos lo cuenta,
y sufren y se fragmentan haciéndose añicos
ya no por lo que haya dicho Kempis.
En los días aciagos de estos tiempos
se hace común el sufrimiento
porque enmendar pretenden, con inútil remiendo,
los andrajos con que se viste
el bien supremo de la justicia.
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
21.08.18
- Autor: rodolfo dondero rodo ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2019 a las 21:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
Comentarios1
Pero, en paz, con Amado Nervo y todo vuelve a estar bien.
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