En aquel lago
vivía una princesa
encantadora.
Eso pensaba
el niño que, muy cerca,
leía un cuento.
Y era posible,
que allí, entre las aguas,
hubieran hadas.
Porque los ojos,
del niño, en sus pupilas
eso veían.
Dulces momentos
de magia y fantasía,
tras las pestañas.
Largos segundos
de infancia y de ternura,
siempre infinitas.
Precioso lago
que llenas a los niños,
cubre mi alma.
Quiero ser niño,
soñar con las princesas,
sentir las hadas.
Y si es posible,
volar, cual mariposa,
entre sus alas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/08/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2019 a las 05:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios4
VI a una madre, contando un cuento a su niño.
Abrazos
Dulce, tierno, esperanzador, placer de lectura.
Saludos, Alex.
Gracias Alex, saludos
Me volví niño a leer tus letras me encantó muchísimo gracias por permitirme leerlo saludo y abrazo fraternal te envío de mi país Ecuador gracias
Gracias a ti, Mauro, por detenerte en mis letras.
Un abrazo desde España.
Precioso lago
que llenas a los niños,
cubre mi alma.
Quiero ser niño,
soñar con las princesas,
sentir las hadas.
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HERMOSOS VERSOS
TIENEN MUCHA TERNURA, INOCENCIA Y DULZURA.
SALUDOS POETA
Gracias por verlos así,Alicia.
Un saludo.
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