Entre riscos y gargantas
por un abrupto camino,
al arrullo de abedules,
voy buscando mi destino.
Por encima de las copas
de unos árboles muy altos,
se ve cómo cae el agua,
proveniente de unos saltos.
Dentro de un salto una cueva,
en su interior una ermita,
en ella mora la Virgen,
objeto de mi visita.
Señora de aquel lugar
donde la paz se respira,
he caminado hasta ti
buscando paz en mi vida.
Vengo a implorarle perdón
por todo aquello mal hecho,
y que me asista en salud
para afrontar este trecho.
El último de mi vida,
una vida que se apaga,
donde acechan los peligros
de un cuerpo que se desgasta.
J. Piñeiro
- Autor: Classman (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2019 a las 02:16
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Jorge Horacio Richino
Comentarios4
El poema es pura ficción y no es más que una reflexión a mis 67 años, que mis amigos no se preocupen, a Dios gracias me encuentro perfectamente.
INTERESANTE REFLEXIÓN
Por lo que leo, tu salud está perfecta y eso me alegra, ya que es lo más importante!
El poema es fantástico y la imagen espectacular!
Me has hecho transitar por esos parajes mientras leía tus versos!
Un fuerte abrazo!!!
Mi salud está bien amigo Jorge y lo mismo deseo para ti. Un fuerte abrazo. Me alegro que esté novato no te esté dando la espalda con el resultado de sus poemas
Derramando imaginación a borbotones amigo Piñeiro
Saludos
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