Ella,
le quita el sueño a las madrugadas,
le da sabor a las mañanas,
y..., no sé;
no podés dejar de contemplarla.
Te perdés en su mirada,
adorándola,
como una monja a su estampa.
Ella,
es mi diosa
y mi santa,
si suelta una carcajada,
el día,
se vuelve una fecha
para conmemorarla.
Ella es ciencia,
y yo,
un escolar
que busca entenderla.
- Autor: Rodrigo A. Alvarenga ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2019 a las 02:48
- Comentario del autor sobre el poema: Amarla, es el único credo que profeso. Sus ojos, la única religión que recomiendo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.