Cuando hago un ocho mil
me siento cerca del cielo,
me encomiendo siempre al ir
y lo afronto como un duelo.
Quise probar otra vez
pero ya no fue lo mismo,
un alud inesperado
fue arrastrándome a un abismo.
Un viento fuerte del norte
y la nieve no cesaba,
metido en aquella sima
el frío me congelaba.
Una asfixiante presión
mis pulmones bloqueaba,
las manos no las sentía
la imagen se me borraba.
Al límite de mis fuerzas
al señor me encomendaba,
sin poder hacer la cumbre
sentí que todo acababa.
J.Piñeiro
- Autor: Classman (Seudónimo) ( Online)
- Publicado: 27 de agosto de 2019 a las 01:09
- Categoría: Triste
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez
Comentarios1
Qué duro momento!
Ahora comprendo el significado del título del poema!
Muy buenos tus versos, como la complicada historia que en ellos relatas!
Un placer pasar por tus letras!
Un fuerte abrazo!!!
Gracias Jorge, buenos días desde una España envuelta en una borrasca tormentosa, la famosa gota fría que dicen los metéorologos. Ayer como antaño, escribiendo a la luz de una vela. Fuerte abrazo
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