En el volcán
profundo, de mi pecho,
te encuentras tú.
Está tu lava,
mezclada con mi aliento,
y tu pasión.
Están tus besos,
la miel de tus caricias,
y mis suspiros.
Luego, también,
impregnas de cenizas
todo mi cuerpo.
La tierra gime,
afloran fumarolas,
que van al cielo.
Y así los ojos
apenas parpadean,
les falta luz.
Quizás precisan
la brisa del nordeste,
y el dulce soplo.
Ese latido
de voces y silencios
que bien conoces.
El magma grita,
araña las entrañas,
¡quiere vivir!
Y así despierta
la tierra, y yo con ella,
tras este sueño.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 27 de agosto de 2019 a las 06:43
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
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