Fue la tormenta,
llegó sin previo aviso,
con grandes truenos.
Y se quedó
durmiendo con nosotros
por muchas horas.
Tuve que aislarme,
perderme entre sus brazos,
y soportarla.
Luego llovió,
cesando la tormenta,
mojando el suelo.
Sudor de tierra
quedaba en el ambiente
con fuerte olor.
Es el otoño
que dice que se marcha
que ya se acaba.
Pasó la noche,
volviendo la tormenta
a despertar.
Rayos lejanos,
sonidos de batallas
tan infantiles.
Y alguien, cercano,
rezando por que acabe
esta tormenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/08/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 2 de septiembre de 2019 a las 08:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: rafa1, alicia perez hernandez
Comentarios2
Ah bárbaro...
Grande la métrica y la disertación...
Gracias Angel.
MUY PRECISOS VERSOS
Gracias Alicia.
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