En memoria de mi sobrino
¡Criatura de Dios!
¡Eterna pena!
Te inmortalizo en medio del dolor.
Corazón partido en la infinita juventud.
Espiritualidad inmolada en su bondad.
En cuantos pedazos te desgarro la vida,
sin preguntar siquiera tus angustias.
Sin preguntar siquiera por la despedida irreparable
hacia la eternidad.
La muerte desmedida en su crueldad es real y absurda
reconocible en el espacio,
que lleno de sombras obnubila la mente,
para así perdernos irremisiblemente al final de la luz,
sin esperanza de volver a ser,
lo que hubiéramos querido ser,
en lo profundo del alma.
- Autor: Deniz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2019 a las 10:34
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 4
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