Foto tomada de Internet de un típico carretón de fiestas.
Fecha: 07 de septiembre de 2019
*
Escribiré mañana
*
Escribiré mañana... o más tarde.
¿No es lo que todos decimos cuando estamos en otras cosas?
¡Escribe ya! ¡Déjate de tonterías! - Se oye una voz desde lejos -
¿Quién será ahora? ¡Con lo tranquilo que estaba!
¿Es que no me van a dejar en paz?
Las voces y murmullos se hacen cada vez más fuertes.
Vienen desde la carretera cercana. Son los caminantes,
son los peregrinos que, como cada año, llegan con su griterío
para las fiestas de la patrona del lugar. Es un incesante rumor
de voces, que desde esta hora, las ocho menos veinte de la tarde,
aún de día claro, hasta entrada la noche... ¡qué digo la noche...!,
¡la madrugada!, no deja de oírse, mientras algunos ya tratan de
dormirse sin conseguirlo. Sé que la mayoría son jóvenes, no solo
por sus voces, que les delatan, sino también por su algarabía y
sus "machangadas", como solemos decir aquí, en mi tierra.
Y es que estas fiestas de peregrinaje, son la excusa perfecta
para quedar con los amigos y amigas, con el noviete o con la
novia, para hacer la caminata de tantos kilómetros hasta llegar
al destino.
Se celebran las fiestas en honor a la Virgen del Pino. Mañana
será el día grande, pero hoy es la víspera, y es en la víspera
donde la mayoría inicia la caminata, se prepara la mochila con
lo más necesario y... ¡a caminar!
Quedan por delante unos buenos kilómetros por recorrer, que
en algunos casos pueden ser de veinte o treinta, o más, todo
depende de lo distante que esté el punto de partida. Esta tarde
ha sido la ofrenda: carretas engalanadas portando los productos
de la tierra, que descargarán frente a la entrada del templo.
Grupos que bailarán y cantarán en el lugar, a los compases de
los instrumentos de cuerda. Mucha gente por todas partes: en
las tómbolas, en los ventorrillos que se montan en las calles
que circundan el edificio de la antigua iglesia, donde se come
y se bebe, para que el cuerpo aguante tanto trote.
Y una vez la ofrenda ha terminado, todo es un deambular de
personas de todas las edades, que se acercan a la zona destinada
a pasar un buen rato: los coches de choque, las tómbolas de rifas
y las demás atracciones para grandes y pequeños.
Y entretanto, la alegría que no cesa y el caminar cansino y dese-
quilibrado del que ha bebido más alcohol de la cuenta o alguna
otra "cosilla" que no debió haber probado. Pero, todo sea por esta
fiesta que congrega a personas de tantos lugares y condiciones.
Y cuando todo acabe, que será mañana sobre media tarde, cada
mochuelo a su nido... ¿y hasta el próximo año? ¡Nada de eso!,
que la próxima semana se celebra la Fiesta de Las Marías. Pero
esta es diferente. La gente es más tranquila y más consciente.
Pareciera que está hecha para esas personas que gustan más
de la tranquilidad y el sosiego. Pero no vayan a creer ustedes que
la fiesta de este lugar se limita a estos dos días y las pocas cosas
que les he enumerado, no. Son al menos tres semanas de diferentes
actos festivos; feria de ganado, fútbol, atletismo, rallies, etc.
Para las Marías, siempre se prepara una competición de "carretones".
¿Que qué son los carretones? Ah, pues sí, los carretones son unos
vehículos muy particulares hechos por los mismos que compiten.
Para que ustedes lo comprendan mejor: son vehículos fabricados
en los "talleres de los domicilios particulares" de quienes los llevan
a competir. Son como unos "Made in Mi Casa", o un "Made in por Mí".
Pero no piensen que son unos vehículos cualquiera, ¡no señora!
(o ¡no señor!), que esos "coches" llevan su volante, su freno y no
sé si sus luces, pero sus faros, seguro que sí.
- ¿Cómo que si sus luces o faros? ¿En qué quedamos? ¿Llevan o
no llevan luces?
Como llevar llevan..., lo que no sé es... ¡si alumbran! ¡Jajajajaaja!
-¡Qué fastidio!
Autor: Yo
- Autor: Pensamiento. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de septiembre de 2019 a las 16:34
- Comentario del autor sobre el poema: Lo escribí para entretenerles y para contarles lo que está pasando por aquí. Y no exagero nada. Siguen llegándome gritos y murmullos. Y es que una de las carreteras que llevan a este lugar, está a doscientos metros o menos. Puede que mañana les cuente el siguiente capítulo, si me quedan ganas. Si no, siempre podré decirles... que escribiré mañana. Linda tarde y noche de sábado.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
Comentarios2
Me gustó mucho. Estos relatos tan veraces son de mi predilección.
Cariños y felicitaciones.
Ruben.
Igualmente, Rubén.
A mí me gustan muchísimo los relatos. Sobre todo esos que cuentan muchas cosas en textos no muy grandes, cosa que me gustaría hacer.
Linda tarde de martes.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.